Solicitar un préstamo o una tarjeta de crédito implica responsabilidades. Un buen manejo de este tipo de instrumentos financieros nos puede permitir adquirir bienes y servicios, pero si no somos cuidadosos con el pago de deudas se pueden tener afectaciones serias en las finanzas personales.
Cuando las deudas alcanzan un nivel crítico y los acreedores, como los bancos, no han logrado obtener el pago deseado, es común que recurran a acciones más severas para recuperar su dinero. En México, una de estas medidas es la cobranza judicial, un proceso legal que puede tener serias implicaciones para quienes enfrentan dificultades financieras. En este texto, exploraremos qué implica exactamente la cobranza judicial y qué medidas pueden tomar las personas para enfrentar esta situación.
Sí, es posible que los acreedores presenten una demanda contra un deudor que no pague sus créditos. Si el deudor no responde a los intentos de cobro y no muestra disposición para llegar a un acuerdo de pago, el acreedor puede iniciar acciones legales para recuperar el dinero adeudado. En el proceso judicial, el juez evaluará la situación y determinará si el deudor está obligado a pagar la deuda. Si se emite una sentencia en contra del deudor y este sigue sin cumplir con sus obligaciones financieras, el juez puede ordenar medidas como el embargo de bienes.
En la realidad llegar a estas instancias es remoto, pero no imposible. Así que te reiteramos la invitación a mantener en orden el pago de tus deudas para evitar cualquier contratiempo que afecte tu salud financiera y emocional.
Es un procedimiento legal mediante el cual un acreedor lleva a cabo acciones legales para recuperar el dinero que le deben. En términos simples, el banco u otro tipo de empresa que haya otorgado el préstamo, puede interponer una demanda y obtener una sentencia que obligue al deudor a pagar la deuda.
Una vez que el acreedor decide llevar la deuda a la cobranza judicial. Ya entramos a terremotos mucho más serios. Este tipo de cobranza implica una serie de etapas legales que pueden incluir notificaciones formales, audiencias judiciales y, en última instancia, la ejecución de medidas como el embargo de bienes.
Para evitar un proceso de esta magnitud, es recomendable que te acerques con el acreedor desde el momento en que detectas que no puedes pagar tus pendientes financieros y trates de negociar.
Lo peor que puedes hacer es dejar crecer la deuda, ya que puede alcanzar un monto muy difícil de liquidar y traer consecuencias legales que harán todavía más costoso solucionar el problema.
Antes de recurrir a la cobranza judicial, los acreedores suelen intentar resolver el problema a través de otro tipo de medidas. En este proceso, conocido como cobranza extrajudicial, los acreedores contratan a terceros conocidos como despachos de cobranza, empresas especializadas en negociar con el deudor y encontrar una solución sin tener que recurrir a acciones legales.
Esto puede implicar la renegociación de los términos de pago, la consolidación de deudas o la reestructuración del plan de pagos.
Ojo, los despachos de cobranza están obligados a dirigirse a ti con respeto, sin intimidaciones ni amenazas y en horarios laborales. Cualquier abuso puedes interponer una queja en la Condusef.
Si te encuentras en una situación en la que tienes dificultades para pagar tus deudas, es importante actuar de manera inmediata para evitar que el problema empeore. En primer lugar, es recomendable comunicarse con el banco o acreedor para informar sobre tu situación financiera y explorar opciones de pago alternativas.
Muchas veces, los acreedores están dispuestos a trabajar contigo para encontrar soluciones que te ayuden a cumplir con tus pagos pendientes.
Además, puedes buscar asesoramiento financiero profesional para evaluar tus opciones y elaborar un plan para salir de la situación de deuda. En Bravo contamos con un equipo especializado que analizará tu situación financiera actual y puede ayudarte a diseñar un plan de pago e incluso otorgarte crédito para poner nuevamente al día tus finanzas personales.
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