Al momento de enfrentar una crisis económica que afecte el pago de nuestras deudas, una de las preocupaciones más comunes para los clientes que han llegado al punto de ser incapaces de saldar sus tarjetas de crédito es la posibilidad de que embarguen sus bienes.
El tema hay que tratarlo con cuidado, ya que existen miles de mitos y prácticas inadecuadas que pueden confundir a una persona con problemas de deudas y llevarlos a tomar decisiones equivocadas.
Cuando se enfrenta una crisis que impide estar al corriente con los compromisos financieros, la primera recomendación es tomar las cosas con calma y analizar las alternativas que se tienen para salir del problema.
Ojo, se debe evitar caer en fraudes que ofrecen soluciones mágicas que incluso ofrecen eliminar la deuda en un abrir y cerrar de ojos. Este tipo de prácticas complicarán aún más la deuda y harán más largo y tedioso el camino hacia su solución.
Desde el punto de vista legal, sí existe la posibilidad de que un banco te demande y después de un juicio, se inicie un proceso de embargo por no pagar una tarjeta de crédito; no obstante, en la realidad esto ocurre pocas veces, ya que se trata de un proceso que suele ser complejo, extenso y costoso.
Cuidado, lo anterior no significa que no se deban pagar las deudas. Al contrario, si bien es remota la posibilidad de que se demande por incumplir con el contrato de una tarjeta de crédito o cualquier otro préstamo que solicitamos a un banco, hay efectos muy negativos para nuestra vida financiera que pueden complicarse al extremo de afectar nuestra salud.
Así, para que se llegue a un embargo, el banco o la empresa que otorgó la tarjeta debe iniciar un juicio civil contra el deudor. En esta acción legal, el demandante debe demostrar que el deudor tiene montos considerables por liquidar y que ha incumplido con sus obligaciones de pago. Si el juez falla a favor del banco, se emitirá la orden de embargar los bienes del deudor para cobrar su deuda.
Si bien una demanda y un embargo por falta de pago de una tarjeta de crédito tiene bajas posibilidades de ocurrir, sí hay consecuencias negativas inmediatas.
En primer lugar, tu historial en el Buró de Crédito se verá afectado al registrar tu incumplimiento, lo cual impedirá que puedas pedir cualquier otro tipo de préstamo.
Al mismo tiempo, se acumularán intereses y cargos moratorios que, de no atenderse de inmediato aumentarán de forma acelerada tu deuda, haciendo al paso del tiempo mucho más complicado y costoso terminar con ella.
Ahora, también entrarás en un proceso incómodo en el cual el banco tratará de cobrarte lo que le debes:
Después de varias semanas sin efectuar los pagos, un despacho de cobranza contratado por el banco iniciará el contacto para instarte a regularizar tus pagos.
Si no logras regularizar tu situación en los días posteriores, el despacho de cobranza te enviará cartas con propuestas de negociación para saldar tus deudas.
En el caso de que tu deuda genere una demanda por parte del banco o la entidad emisora, un juez te notificará sobre el caso, brindándote la oportunidad de buscar opciones para negociar y defenderte.
Recuerda que un juicio de este tipo podría prolongarse durante años, generando gastos adicionales tanto para el deudor como para la institución financiera que haya presentado la demanda.
Si actualmente enfrentas dificultades para cumplir con los pagos de tu tarjeta de crédito o ya te has retrasado en las mensualidades, es el momento propicio para buscar una solución práctica que no impacte negativamente en tu bolsillo.
Realiza un presupuesto, reduce gastos y trata de negociar con el banco para alcanzar una solución. Si crees muy complicado ponerte al corriente, puedes acudir con expertos. En Bravo contamos con un equipo especializado que puede analizar tu situación y diseñar un plan de ahorro y pagos acorde a tus posibilidades y hasta aprobarte un crédito para que saldes tus pagos pendientes y pongas al día tus finanzas personales.
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