En México, no todas las deudas se heredan, pero sí pueden ser exigibles en ciertos casos. Si fuiste aval, deudor solidario o albacea, podrías tener responsabilidad legal. También aplica si hay tarjetas de crédito con más de 3 meses de atraso o si se usan tras el fallecimiento. Presentar el acta de defunción y actuar con rapidez es clave para evitar sanciones o intereses adicionales.
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Cuando una persona fallece, además del inevitable dolor, es importante informarse sobre sus posibles obligaciones financieras pendientes. Aunque se cree que las deudas desaparecen con el fallecimiento, la realidad es más compleja. En ciertos casos, las obligaciones económicas pueden persistir, dependiendo de diversos factores legales.
En México, la ley establece que los herederos no siempre están obligados a asumir las deudas de un familiar fallecido. Sin embargo, existen excepciones importantes que es crucial conocer para evitar sorpresas inesperadas durante un momento tan difícil.
Antes de profundizar en este tema, te recordamos que en Bravo México somos especialistas en la liquidación de deudas. Si enfrentas compromisos financieros superiores a 50 mil pesos, podemos ayudarte a negociar con las instituciones correspondientes para reducir el monto total y diseñar un plan de pago accesible.
Según la Condusef, no existe una obligación automática para que los familiares paguen las deudas de una persona fallecida. Sin embargo, hay dos figuras legales que pueden implicar esta responsabilidad: ser cónyuge del deudor o haber sido designado albacea del patrimonio.
Si en vida el titular de una deuda nombró a alguien como deudor solidario o aval en el contrato, esa persona queda legalmente comprometida a continuar con los pagos. También existen condiciones especiales que aplican a productos financieros como tarjetas de crédito o hipotecas: si presentan más de tres meses de atraso o son utilizadas después del fallecimiento, las instituciones pueden exigir el pago a los herederos.
Ante dichos escenarios, es crucial mantener un control claro sobre cualquier relación financiera con otros, incluso si son familiares cercanos. En vida, se deben dejar instrucciones claras sobre las obligaciones financieras y asegurarse de que los seres queridos sepan dónde están los documentos importantes: contratos, estados de cuenta, pólizas de seguros, entre otros productos financieros.
Te dejamos más detalles de situaciones específicas en las que una deuda no se extingue con el fallecimiento del deudor:
Si recibes una notificación o llamada de una institución bancaria o un despacho de cobranza solicitando el pago de una deuda de un fallecido, lo primero es atender la situación. Acude a la institución correspondiente, presenta el acta de defunción y explica tu situación.
Es fundamental actuar lo antes posible, ya que una deuda no atendida puede seguir generando intereses y convertirse en una carga aún más pesada. Aunque no seas directamente responsable, tu historial crediticio podría verse afectado si apareces vinculado de alguna manera con el pendiente financiero.
El fallecimiento de un ser querido es una experiencia dolorosa y compleja, y lo último que se necesita es un conflicto financiero adicional. Por ello, es recomendable establecer una planificación financiera preventiva: revisar con quién se comparten obligaciones, conocer las condiciones de los contratos y considerar dejar instrucciones claras en caso de fallecimiento.
Si bien no todas las deudas se heredan, algunas sí pueden mantenerse después del fallecimiento del titular. Saber cómo gestionarlas permitirá enfrentar la situación con inteligencia y evitar que afecte la estabilidad económica y emocional.
Cuando te enfrentas a cualquier tipo de deuda, lo más importante es actuar con rapidez y buscar soluciones efectivas. Si bien la mejor opción siempre es prevenir para evitar cualquier imprevisto, en caso de que las deudas se te salgan de control, acércate a Bravo México. Te dejamos uno de nuestros vídeos para que conozcas un poco más sobre nuestro programa.
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