Uno de los problemas más comunes de la sociedad mexicana es el sobreendeudamiento, y es que resulta demasiado fácil el adquirir diversos productos a crédito, hasta que las deudas se nos salen de las manos y terminan por sobrepasar nuestra capacidad de pago, convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza.
Cuando eso pasa, en lo primero que pensamos es vender algunas de nuestras pertenencias, o bien pedir un préstamo para conseguir el dinero necesario para liquidar las deudas.
Sin embargo, existen diversas soluciones financieras que los bancos y otras entidades tienen a nuestra disposición para este tipo de situaciones, tal es el caso de la reestructuración de deudas.
La reestructuración de deudas es un proceso mediante el cual se renegocian las condiciones de una deuda que aún no ha sido liquidada y el deudor no está en condiciones de hacerlo.
De esta forma, se establecen nuevos términos, como un plazo de amortización más largo, menores montos, reducción en los intereses, etcétera. Los términos que pueden ser sometidos a reestructuraciones de deuda son:
El monto al que asciende la deuda.
El tipo de interés de la deuda.
El método de pago.
La frecuencia con la que se deben realizar los pagos.
Así, la reestructuración de deudas resulta beneficioso para el deudor, pues obtiene condiciones más cómodas para el pago de su deuda; mientras que las entidades financieras acreedoras no tienen que iniciar procesos judiciales.
El proceso para reestructurar deudas es muy sencillo, y consta de los siguientes pasos:
El primer paso es que el deudor se acerque a la entidad con la que tiene a deuda para explicar su situación y solicitar la reestructuración.
Posteriormente, la entidad acreedora hará una propuesta para la reestructuración, con nuevos términos para que el deudor pueda continuar con los pagos hasta saldar el total.
La reestructuración de deuda puede ser la mejor opción cuando no tienes la posibilidad de liquidar tu deuda, pero sí la intención de encontrar una solución antes de que esto llegue a afectar tu historial crediticio y tu estabilidad financiera.
Lo más recomendable es recurrir a la reestructuración de la deuda cuando vas al corriente con tus pagos, pero, por alguna razón, sabes que existe un riesgo de que en el futuro no puedas continuar, así podrás obtener nuevas condiciones de pago para evitarlas repercusiones que tendrías que afrontar si cayeras en la morosidad.
Sí, como ya hemos visto, la reestructuración de deudas es una muy buena solución cuando nos enfrentamos a dificultades económicas que nos impiden continuar pagando nuestras obligaciones. Sin embargo, esto es solo para aquellos clientes que van al corriente con sus pagos, pero, por algún imprevisto, no pueden continuar con los pagos futuros.
Pero, en el caso de los clientes que ya llevan varios meses sin realizar los pagos de su deuda, una reestructuración podría no ser la mejor opción, pues puede traer consecuencias negativas para su historial crediticio y, por ende, en su capacidad de acceder a un nuevo crédito en el futuro.
Si decidiste que la reestructura de tu deuda no es la solución más conveniente para ti, no todo está perdido, pues también puedes recurrir a un intermediario que te ayude a liquidar tu deuda sin que tengas que pedir más préstamos, como las reparadoras de crédito.
Estas empresas, como es el caso de Bravo Resuelve tu Deuda, se encargarán de negociar tu deuda con tus acreedores para conseguirte un descuento sobre el monto que debes, a fin de que te sea más fácil pagarlo.
Además, los asesores te ayudarán a establecer un plan de liquidación ahorro ajustado a tus capacidades de pago y necesidades, para que retomes el control total de tus finanzas. pagues tu deuda con tus propios recursos.
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