Endeudarnos con un crédito o préstamo no siempre tiene por qué ser malo, pues esto ayuda a cumplir metas financieras sin tener que esperar mucho tiempo para reunir el dinero que necesitamos.
Es decir, gracias a un financiamiento podemos adquirir bienes, servicios, irnos de vacaciones o remodelar nuestro hogar e ir pagando poco a poco.
Los problemas vienen cuando se gasta más de lo que se puede pagar, lo que lleva al endeudamiento. Además, una vez que se llega a este punto, se deberá lidiar con los despachos de cobranza, los cuales no sólo estarán llamando todo el tiempo para pedir que se pague, sino que pueden amenazarnos con embargar nuestros bienes e, incluso, con meternos a la cárcel. Pero, ¿qué tan cierto es esto? Hablemos entonces de las deudas y de lo que podemos hacer si ya estamos metidos en este problema.
¿Por qué nos sobreendeudamos?
Las deudas son el conjunto de obligaciones de pago que tiene una persona, empresa o institución con un tercero, que también puede ser una persona, empresa o institución.
Entre la sociedad mexicana, el endeudamiento ocurre con mucha frecuencia, especialmente cuando se obtiene una tarjeta de crédito o se solicitan préstamos personales, de nómina con alguna institución bancaria o financiera.
Lo anterior, con el fin de adquirir ciertos bienes a crédito, como:
– Una casa
– Un automóvil
– Artículos electrónicos
– Compras en tiendas departamentales
Por otro lado, el sobreendeudamiento aparece cuando las deudas que adquirimos rebasan nuestra capacidad de pago. Y esto pasa por dos razones principales:
– Mala educación financiera. La realidad es que muchas personas tienen malos hábitos cuando se trata del manejo de sus finanzas, pues generan más gastos de lo que pueden pagar, además de que no cuentan con ningún tipo de plan de ahorro.
– Imprevistos. Actualmente, no es raro que ocurran imprevistos como la pérdida del empleo, alguna enfermedad o accidente, o un siniestro como terremoto o incendio. Esto puede afectar gravemente las finanzas personales y generar un sobreendeudamiento, sobre todo si no se cuenta con un fondo de ahorro para este tipo de emergencias.

¿Qué pasa si no pago una deuda?
El dejar de pagar una deuda por un crédito, por la razón que sea, implica enfrentar diversas consecuencias que afectarán severamente la estabilidad financiera del deudor.
Dichas consecuencias dependen de la institución acreedora, que puede ser un banco, una entidad financiera, una tienda departamental, etc.; sin embargo, esto es lo que generalmente sucede:
– En la gran mayoría de los casos, los créditos cuentan con intereses moratorios; es decir, si te retrasas en los pagos, se te cobrará un porcentaje como penalización. Esto quiere decir que la deuda no dejará de crecer mes con mes.
– Además, la entidad acreedora congelará el crédito para evitar que el deudor realice nuevas compras que aumenten aún más el adeudo.
– De igual manera, la entidad acreedora dará aviso de la situación al Buró de Crédito, lo que afectará de manera negativa el historial del deudor, limitando sus posibilidades de acceder a otro financiamiento en el futuro.
– Asimismo, el banco o financiera recurrirá a su departamento de cobranza para tratar de localizar al deudor y llegar a un acuerdo de pago conveniente para ambas partes. Esto mediante llamadas telefónicas, correos, mensajes y hasta visitas a domicilio. O bien, puede traspasar el caso a un despacho de cobranza externo.
– Finalmente, si tras agotar las medidas anteriores el acreedor no obtiene el pago de la deuda, puede recurrir a la vía judicial.
¿Me pueden meter a la cárcel por una deuda?
Si ya tienes mucho tiempo con una deuda que no puedes pagar, es normal angustiarse y preguntarse si puedes ir a parar a la cárcel por ello.
Pero, de acuerdo con el artículo 17 de la Constitución mexicana, no es un delito deber dinero a los bancos, financieras, prestamistas o cajas populares.
Esto quiere decir que, aún si debes 100 pesos o 1 millón de pesos, nadie puede meterte a la cárcel. Sin embargo, esto no quiere decir que los acreedores puedan tomar otro tipo de medidas, como los embargos, además que no pagar solo afectará tu historial crediticio.
¿Me pueden demandar por una deuda?
Lo que sí puede ocurrir, como mencionamos anteriormente, es que tu acreedor recurra a la vía judicial para recuperar su dinero.
Es decir que, si tu deuda ya supera los 90 días, la entidad acreedora tiene derecho de demandarte y llevar el caso a juicio. De esta manera, un juez especializado será quien te obligue a pagar, lo cual puede ser mediante el embargo de tus bienes o salario.
No obstante, es importante mencionar que las demandas judiciales son el último recurso de los bancos y financieras para recuperar su dinero, además de que esto no sucede con frecuencia, ya que les implica un gasto considerable y es un proceso que puede durar años.
Para demandarte, tu acreedor toma en cuenta lo siguiente:
– Tipo de deuda. Es decir, un préstamo personal, de nómina, una tarjeta de crédito, un crédito hipotecario o automotriz.
– Monto de la deuda. Como mencionamos antes, los procesos judiciales le cuestan dinero a los acreedores, por lo que existe un mayor riesgo de demanda con las deudas con los montos más altos. Sin embargo, no existe un monto mínimo para la demanda, todo dependerá de la entidad con la que tengas la deuda.
– Tiempo de impago. De igual manera, la probabilidad de que te demanden aumenta dependiendo el tiempo que llevas sin pagar.
Cabe mencionar que, si hay una demanda en tu contra, solo un juez podrá notificarte, por lo que ningún banco, financiera o despacho de cobranza tiene la facultad de amenazarte con embargar tus bienes y, mucho menos, con enviarte a la cárcel.
¿Qué hago para salir de deudas?
Si estás pasando por dificultades económicas, es importante que busques una solución rápidamente para evitar que tus deudas escalen hasta terminar en los juzgados.
Una muy buena opción es recurrir a los expertos, como es el caso de Bravo, la solución para liquidar deudas. Bravo es una empresa respaldada por 15 años de experiencia, tiempo en el que ha ayudado a liquidar miles de deudas mediante un programa que consiste en elaborar un plan de liquidación 100% personalizado para que pagues con tus propios recursos.
Además, Bravo se encargará de negociar con tu acreedor los mejores descuentos posibles sobre el monto de la deuda, para que no pagues tanto.
Asimismo, Bravo otorga seguridad respecto al ahorro que vayas generando, pues se conservará en una cuenta a tu nombre que podrás monitorear en todo momento.
Y si eres constante con tus aportaciones, a partir del séptimo mes tendrás acceso a un crédito que te permitirá liquidar tus deudas en un menor tiempo y te ayudará reportar de manera positiva en Buró para que puedas mejorar tu score.
Para liquidar tus deudas con Bravo, solo es necesario cumplir con los siguientes requisitos:
– Tus deudas deben superar los 50,000 pesos, ya sea una sola o la suma de varias.
– Debes tener, por lo menos, tres meses de atraso en los pagos.
– Las deudas deben ser negociables, es decir, por créditos personales, automotrices, tarjetas de crédito o departamentales.
– También debes ser constante en el pago de tu plan de liquidación para aplicar a un crédito.
– Mostrar el compromiso y deseo de liquidar tus deudas.